Los estereotipos sociales

Estereotipos sociales

Hola amigos y amigas, esta semana en mi entrada semanal al blog, quiero hablar de un tema que nos persigue a lo largo de nuestra vida: los llamados "estereotipos sociales".

Para comenzar, debemos distinguir entre sexo y género.

Cuando hablamos de sexo, hacemos referencia a las características físicas y biológicas que tenemos desde que nacemos y que diferencian a  hombres y a mujeres.

A su vez, cuando hablamos de género nos estamos refiriendo a las características que la sociedad asigna a hombres y mujeres. Estas cualidades no son innatas, son una construcción social que nos dicen como tenemos que ser, como comportarnos, que actividades debemos realizar según seamos hombre o  mujer, como debemos vestir o pensar. 

Según la RAE, "un estereotipo consiste en una imagen estructurada y aceptada por la mayoría de las personas como representativa de un determinado colectivo. Esta imagen se forma a partir de una concepción estática sobre las características generalizadas de los miembros de esa comunidad".

Los estereotipos pueden ser: de género, éticos, sociales, religiosos y corporales.

Todos son muy importantes pero personalmente me voy a centrar en los estereotipos de género y los sociales.

                                                                                                       Imagen etiquetada para su reutilización

Un estereotipo de género, es por ejemplo cuando a las mujeres se les atribuye el rol de amas de casa, del cuidado familiar o del hogar. Quedando así relegadas a un segundo plano ante la sociedad, dentro del ámbito privado.

Por el contrario, a los hombres se les tribuye el papel de líder, del trabajo fuera de casa remunerado. Estos ocupan el ámbito público de la sociedad.

La sociedad nos impone una serie de "etiquetas" desde que nacemos según seamos hombres o mujeres, es decir, qué es masculino y qué femenino. 

Desde que somos niños/as, nos hacen creer y pensar que existen una serie de diferencias entre ambos.

Por ejemplo que las niñas son delicadas y débiles o que no saben practicar ningún deporte, mientras que los niños son fuertes, valientes y saben realizar cualquier deporte. 

Esto lógicamente no es así, ser mujer no significa ser débil, al igual que ser hombre tampoco quiere decir ser fuerte.

Estas diferencias generan problemas a nivel social, dado que la sociedad da más importancia al rol masculino que al femenino y por lo tanto establece una superioridad del hombre frente a la mujer, dando lugar a la discriminación y la desigualdad.

Esta posición de supuesta superioridad, genera en algunos hombres la creencia de poder imponer sus opiniones o gustos hacia las mujeres.

También hace pensar a determinados hombres, que tienen el control sobre sus parejas y por lo tanto pueden elegir como visten, a dónde pueden ir, qué amistades deben tener o si pueden trabajar fuera de casa o no.

Esto deriva en muchos casos en la violencia, dado que estos hombres consideran la fuerza un instrumento útil para mantener su "superioridad".

Los roles de género nos limitan en muchas ocasiones a lo largo de nuestra vida, a la hora de tener que cumplir todas las expectativas que el mundo tiene para nosotros y nosotras.

Cuando nos "salimos" de esas perspectivas, generalmente somos juzgados/as por las demás personas.

No hay que tener miedo a los estereotipos de género, debemos luchar contra ellos, romper los moldes establecidos y elegir libremente lo que queremos ser.

Sólo tenemos una vida y por lo tanto debemos vivirla (siempre desde el respeto hacia los/as demás) como queramos y sintamos.

Gracias a todos y a todas como cada semana por leer mis publicaciones y comentar.